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jueves, 3 de diciembre de 2015

Mi carta a Sinterklaas


Querido San Nicolás, es la primera vez que te escribo una carta tan temprano, pues en mi país, Venezuela, solemos celebrar tu llegada la madrugada del 25 de diciembre. No obstante, me es muy propicio tu arribo a Bélgica este 6 de diciembre, ya que así puedo pedirte un detalle muy especial.
No tengo mucho tiempo viviendo en esta tierra, a la cual por demás le estoy agradecida por abrirme sus puertas y por cuya paz rezo, dadas las recientes amenazas terroristas que pesan sobre ella. 

No obstante, cuando llega diciembre no puedo evitar sentir una profunda nostalgia por estar cerca de los míos, preparando las hallacas, escuchando gaitas, armando el arbolito en casa de mi mamá, comprando y envolviendo los obsequios y organizando nuestra cena navideña.
Así nos enseñaron desde pequeños e infortunadamente hoy, cuando hablo con mis familiares y amigos, siento tanta tristeza, hastío y desesperanza en sus voces.
Mi querido Sinterklaas, supongo que estando en España te has enterado de lo que ocurre en mi país, pues algunos medios españoles han colaborado con la difusión de polémicas informaciones que aparentemente vinculan a personeros del Gobierno chavista.
Yo puedo darte fe, por el testimonio de quienes quiero, que los venezolanos están agobiados por la escasez de productos básicos, por lo cual se ven obligados a hacer colas por horas y hasta practicar el trueque, además del aumento desmedido de la delincuencia  y la criminalidad, así como una incesante inflación que los ha sumido aún más en la miseria. Pero lo más triste es la crisis de valores que existe en nuestra sociedad, aupada por un grupo de gobernantes que lejos de proclamar la unidad y el respeto mutuo, se han dado a la tarea de humillar y pisotear la dignidad de los ciudadanos, manteniéndolos aislados y cabizbajos.
Justamente, este 6 de diciembre, se celebran las elecciones en Venezuela para elegir a los nuevos representantes al parlamento, ente que hasta ahora ha estado por muchos años en manos del partido de Gobierno. Más aún, el Presidente de la República, de forma irresponsable, ha llamado a sus seguidores a tomar las calles en caso de que los resultados no los favorezcan en esta ocasión.
Es por ello que desde aquí, aprovecho tu llegada en esta fecha para pedirte que ilumines con tu luz radiante y generosa los corazones de los venezolanos, para que esta vez su voto refleje las esperanzas del pueblo y sus ganas de trabajar por su tierra.
Haz mi querido Sinterklaas que impere en todo momento la paz y la cordura durante este acto electoral y que sea cual sea el resultado, se imponga el entendimiento entre las partes involucradas.
Como madre te pido por último, mi amado San Nicolás, que galopes con tu caballo Amerigo por mi pequeña Venecia, para llevar también prosperidad a los niños de mi patria, quienes no saben si este año podrán recibir juguetes por el alto costo de la vida. Llénalos con tu amor bondadoso y acompáñalos junto a tus Pedritos a cantar y gozar de su inocencia, esa que han visto truncada por tanto fanatismo, odio y politiquería.
Con mi alma y corazón de emigrante abiertos y ese deseo de volver a ver a mi país libre y feliz como en los tiempos de mi infancia, bendigo cada una de las peticiones que esta noche te hago, esperando que puedas honrarlas a tiempo y de manera perfecta, pues aún el reloj indica que tenemos al menos 5 horas adelantadas respecto a Venezuela. Al llegar a nuestro hogar en Bélgica, te aseguro que hallarás repletos nuestros zapatos con zanahorias y golosinas para demostrarte nuestro agradecimiento. Desde ya te digo en mi flamenco, aún en aprendizaje: Dank je wel liefste Sinterklaas!